Se equivoca el
cardenal Sarah sobre el Concilio Vaticano II
El título de lo
publicado, por sí mismo, refleja la emoción con la cual los comentarios de su
Eminencia han sido recibidos por muchos tradicionalistas (católicos):
Cardenal Sarah: “¡El Vaticano II nunca pidió se
abrogara la Misa de San Pío V!”. Se equivoca Sarah; ¿o lo hace a propósito para
confundir a la grey como lo hace Francisco y lo hacía Benedicto XVI?
Discúlpenme por
lloverles sobre mojado, pero ésta entrevista está plagada de señales por las
cuales hay que preocuparse.
Primeramente,
analicemos lo dicho sobre el dinero:
El Consejo del
Vaticano II nunca pidió se derogara lo antiguo y se abandonara la Misa de San
Pío V que formó a muchos santos, ni siquiera que se dejara de usar el Latín. Pero
es necesario que simultáneamente se promueva la reforma litúrgica dispuesta por
el Consejo.
Lo que deja en
evidencia, es
precisamente la mentalidad que asegurará que la crisis en la Iglesia entorno a
la liturgia u otra cosa, continúe.
A pesar de que su
Eminencia podría celebrar la Misa tradicional de vez en cuando, e incluso
exista el rumor que ha utilizado la Cappa
Magna, no se deje engañar; él es un "hombre fiel a la empresa"
que, obviamente, se siente obligado a ensalzar las virtudes del Vaticano II,
hablando del Consejo como si se debiera, a toda costa, considerársele inofensivo.
Esto, sin embargo,
es una falacia. (Hay, después de todo, una razón por la cual la cacareada
"hermenéutica de continuidad" fracasó miserablemente como lo hizo,
aun y con su autor al timón durante más de siete años después de que fue
propuesto por primera vez.)
El Cardenal Sarah
no es del todo correcto cuando afirma que el Concilio nunca pidió que la Misa
de San Pío V fuese "rechazada" o "abandonada".
Por supuesto que
los Padres del Concilio nunca expresaron una hostilidad abiertamente hacia el
rito antiguo (el
Demonio es demasiado astuto para permitirlo), pero no seamos ingenuos:
La intención indudable del Concilio era la
sustitución total de la Misa tradicional por una versión "reformada"
de la misma.
No hay indicación
alguna de que los Padres del Concilio alguna vez imaginaron lo que tenemos hoy;
dos ritos, uno nuevo como resultado de la "reforma" de la Misa
tradicional (Novus Ordo Missae), y la Misa tradicional tal como se celebraba en
ese momento (Ordo Missae de San Pío V).
Dicho de otra
manera, la intención siempre fue la de efectivamente extinguir la Misa
Tradicional, incluso al margen de un decreto formal de derogación.
La única razón de
que esto no ha ocurrido es que el Espíritu Santo tenía otros planes; planes que
se llevaron a cabo sobre todo y heroicamente por el arzobispo Marcel Lefebvre.
El Cardenal Sarah está
completamente equivocado cuando dice que "es
necesario que simultáneamente se promueva la reforma litúrgica dispuesta por el
Consejo.”
La
reforma dispuesta por el Concilio no es la solución; es el problema.
Es una reforma
inspirada en gran parte por un movimiento litúrgico asociado con el anteriormente
condenado ecumenista, Dom Lambert Beauduin.
En concreto, la
Constitución de la Sagrada Liturgia hace eco del deseo de los reformadores seguidores
de Beauduin, en favor de un rito ecuménico sensible (SC 1), un rito "fácil
de entender" para los fieles (SC 21), y un rito que se puede aprovechar
para promover la acción social, a menudo a través de la "oración de los
fieles" (cf SC 53).
Pero esta reforma
litúrgica sobre la Misa la promovieron los jerarcas infiltrados en el Vaticano
hasta su cúpula (Ap.13, 11-13), para empobrecerla. Toda reforma litúrgica debe
hacerse para enriquecer el rito y no empobrecerlo, tal como sucedió con el
modernismo del Novus Ordo Missae de corte protestante. Hasat el término Novus
ordo Missae corresponde al lenguage masónico e iluminati para imponer al Mundo
un Gobierno Mundial con el pretendido Nuevo Orden Mundial –en inglés New World Order o en latín, el billete
de dólar Novus Ordo Seclorum- y una iglesia universal lideradas por el
anticristo, el devastador Maitreya (Dn 7-12), falso mesías, el que esperan los
judíos sionistas.
En otras palabras,
la reforma dispuesta por el Concilio es venenosa y basada en su descripción de
la liturgia, aparentemente el mismo Cardenal Sarah se ha tragado una gran parte
de ésta.
La liturgia es el
lugar (que se nos ha) concedido para encontrarse con Dios cara a cara, entregándole
toda nuestra vida, nuestro trabajo; haciendo de todo esto un ofrecimiento para
su gloria. No podemos celebrar la liturgia armándonos:
cargando sobre nuestras espaldas las armas del odio, de lucha, de rencor.
Si bien hay mucho
de ésta postura que se pudiera acoger, cada vez que un miembro del Colegio de
Cardenales elogia elocuentemente la naturaleza de la Santa Misa, mas sin
embargo curiosamente, de alguna manera no menciona la verdad de que es, ante
todo, el sacrificio propiciatorio de Jesucristo en expiación por los pecados, empiezan
a resonar señales de alarma.
Considere lo mucho
que está en juego.
Un protestante que se aferra a una
comprensión herética de la Misa no tendría problema alguno en lo absoluto con
la descripción que hace el cardenal Sarah del rito sagrado. Ahora que lo
pienso, ¡ese mismo protestante no tendría dificultad alguna en participar en la
nueva Misa!
Nota.- en la elaboración del proyecto de
la nueva Misa o Misa modernista, el Novus Ordo Missae, participaron 6 pastores
protestantes y un rabino, todos infiltrados por un grupo de cardenales
demoledores infiltrados hasta el Vaticano y en el Concilio Ecuménico Vaticano
II: cardenales Lercaro, el judío alemán Joseph Ratzinger Peintner –Benedicto
XVI-, el judío alemán Joseph Frings, arzobispo Aníbal Bugnini, etc.Todos,
miembros del movimiento modernista demoledor de la Iglesia Católica.
¿Y cuál es el hilo
que conecta tanto la descripción del Cardenal Sarah de la liturgia y la Novus Ordo Missae?
Ambos han sido infectados con las ideas
del Concilio.
Hay una señal de
alerta adicional para ser discernida en los comentarios del cardenal, relativos
al Summorum Pontificum:
Sí, [fomentar la
armonía litúrgica] es el significado del motu
proprio, Summorum Pontificum. Benedicto XVI dedicó considerable energía y
esperanza en esta empresa. Por desgracia, no lo logró del todo, ya que unos y
otros se han "aferrado" a su rito al excluirse mutuamente. En la
Iglesia, cada uno debe ser capaz de celebrar de acuerdo a su sensibilidad…
En realidad,
Benedicto XVI ha sido siempre acomodaticio, influenciable, endeble y hasta
cobarde, su renuncia y su personal carácter desde que era profesor en la
Universidad de Tubinga lo han demostrado. Jamás hubiera renunciado Juan Pablo
II, pese a sus enfermedades él seguía al frente sin renunciar, aunque los
alemanes, como el cardenal Lehmann, de la Conferencia del Episcopado de
Alemania pretendieran presionarlo, incluso públicamente.
En primer lugar, la
idea de que "cada uno debe ser capaz de celebrar de acuerdo a su
sensibilidad", como si los estilos litúrgicos deben ser tan abundantes
cual si fuesen sabores de helados en Baskin Robbins, es una absoluta tontería.
¿Qué pasa si la
"sensibilidad" de alguno está infectado con la confusión, la ignorancia
o la herejía?
Nadie tiene derecho
a un rito que se adapte a su antojo.
En el pensamiento
católico, por el contrario:
La Iglesia tiene el
deber de preservar los ritos sagrados de cualquier y de toda corrupción, y los
fieles, por su parte, tienen el deber de conformarse a los ritos sagrados,
confiando en que al hacerlo, se impregnan de todo aquello que nutre el alma.
Por desgracia, ese
barco zarpó gracias una vez más al Concilio Vaticano II y la consecuente Novus Ordo Missae. Hoy
en día, hasta el Cardenal Prefecto de la Congregación para el Culto Divino
insiste en que los ritos sagrados deben reflejar la sensibilidad de "cada
cual".
¿Puede haber algo
más peligroso que provenga de un hombre en su posición?
Por otra parte, ciertamente
el cardenal Sarah está castigando a aquellos de nosotros que "se aferre exclusivamente"
al rito tradicional debido al conocimiento de que el Novus Ordo es deficiente por sí mismo, ya que promueve un
entendimiento protestante de la liturgia misma, entre otras cosas.
Dicho todo esto,
quizá me perdone por no aplaudir.
Hay que subrayar,
que hasta los Profetas católicos han recibidos Mensajes del Cielo donde se
advertía de la infectación que los jerarcas masones e iluminati llevarían a las
mesas de trabajo en el Concilio Ecuménico Vaticano II. También sobre esto
advirtieron los mismos demonios, obligados por la Virgen María, a hablar al
respecto, sobre el complot contra la Iglesia http://antiiglesia.blogspot.mx Serie: ¡Cómo llegó ‘el ladrón’ a la Silla de Pedro! Y los tres
volúmenes de “Complot contra la Iglesia”, de Maurice Pinay, Editado en
Venezuela previa publicación antes de celebrar el Concilio. http://www.catolicosalerta.com.ar/masoneria/complot-contra-iglesia.html y http://defenderlapatria.com/los%20planes%20ocultos%20del%20imperio%20sionista.pdf
Cabe consultar las
denuncias del cardenal Alfons M. Stickler sobre este plan cocinado desde el
mismo infierno, para alterar el Ordo Missae de San Pío V - http://concilioecumenicovaticanoii.blogspot.mx -