jueves, 26 de marzo de 2015

Card.Sarah se equivoca sobre el Concilio Vaticano II

Se equivoca el cardenal Sarah sobre el Concilio Vaticano II

El título de lo publicado, por sí mismo, refleja la emoción con la cual los comentarios de su Eminencia han sido recibidos por muchos tradicionalistas (católicos):
Cardenal Sarah: “¡El Vaticano II nunca pidió se abrogara la Misa de San Pío V!”. Se equivoca Sarah; ¿o lo hace a propósito para confundir a la grey como lo hace Francisco y lo hacía Benedicto XVI?
Discúlpenme por lloverles sobre mojado, pero ésta entrevista está plagada de señales por las cuales hay que preocuparse.
Primeramente, analicemos lo dicho sobre el dinero:
El Consejo del Vaticano II nunca pidió se derogara lo antiguo y se abandonara la Misa de San Pío V que formó a muchos santos, ni siquiera que se dejara de usar el Latín. Pero es necesario que simultáneamente se promueva la reforma litúrgica dispuesta por el Consejo.
Lo que deja en evidencia, es precisamente la mentalidad que asegurará que la crisis en la Iglesia entorno a la liturgia u otra cosa, continúe.
A pesar de que su Eminencia podría celebrar la Misa tradicional de vez en cuando, e incluso exista el rumor que ha utilizado la Cappa Magna, no se deje engañar; él es un "hombre fiel a la empresa" que, obviamente, se siente obligado a ensalzar las virtudes del Vaticano II, hablando del Consejo como si se debiera, a toda costa, considerársele inofensivo.
Esto, sin embargo, es una falacia. (Hay, después de todo, una razón por la cual la cacareada "hermenéutica de continuidad" fracasó miserablemente como lo hizo, aun y con su autor al timón durante más de siete años después de que fue propuesto por primera vez.)
El Cardenal Sarah no es del todo correcto cuando afirma que el Concilio nunca pidió que la Misa de San Pío V fuese "rechazada" o "abandonada".
Por supuesto que los Padres del Concilio nunca expresaron una hostilidad abiertamente hacia el rito antiguo (el Demonio es demasiado astuto para permitirlo), pero no seamos ingenuos:
La intención indudable del Concilio era la sustitución total de la Misa tradicional por una versión "reformada" de la misma.
No hay indicación alguna de que los Padres del Concilio alguna vez imaginaron lo que tenemos hoy; dos ritos, uno nuevo como resultado de la "reforma" de la Misa tradicional (Novus Ordo Missae), y la Misa tradicional tal como se celebraba en ese momento (Ordo Missae de San Pío V).
Dicho de otra manera, la intención siempre fue la de efectivamente extinguir la Misa Tradicional, incluso al margen de un decreto formal de derogación.
La única razón de que esto no ha ocurrido es que el Espíritu Santo tenía otros planes; planes que se llevaron a cabo sobre todo y heroicamente por el arzobispo Marcel Lefebvre.
El Cardenal Sarah está completamente equivocado cuando dice que "es necesario que simultáneamente se promueva la reforma litúrgica dispuesta por el Consejo.”
La reforma dispuesta por el Concilio no es la solución; es el problema.
Es una reforma inspirada en gran parte por un movimiento litúrgico asociado con el anteriormente condenado ecumenista, Dom Lambert Beauduin.
En concreto, la Constitución de la Sagrada Liturgia hace eco del deseo de los reformadores seguidores de Beauduin, en favor de un rito ecuménico sensible (SC 1), un rito "fácil de entender" para los fieles (SC 21), y un rito que se puede aprovechar para promover la acción social, a menudo a través de la "oración de los fieles" (cf SC 53).
Pero esta reforma litúrgica sobre la Misa la promovieron los jerarcas infiltrados en el Vaticano hasta su cúpula (Ap.13, 11-13), para empobrecerla. Toda reforma litúrgica debe hacerse para enriquecer el rito y no empobrecerlo, tal como sucedió con el modernismo del Novus Ordo Missae de corte protestante. Hasat el término Novus ordo Missae corresponde al lenguage masónico e iluminati para imponer al Mundo un Gobierno Mundial con el pretendido Nuevo Orden Mundial –en inglés New World Order o en latín, el billete de dólar Novus Ordo Seclorum- y una iglesia universal lideradas por el anticristo, el devastador Maitreya (Dn 7-12), falso mesías, el que esperan los judíos sionistas.
En otras palabras, la reforma dispuesta por el Concilio es venenosa y basada en su descripción de la liturgia, aparentemente el mismo Cardenal Sarah se ha tragado una gran parte de ésta. 
La liturgia es el lugar (que se nos ha) concedido para encontrarse con Dios cara a cara, entregándole toda nuestra vida, nuestro trabajo; haciendo de todo esto un ofrecimiento para su gloria. No podemos celebrar la liturgia armándonos: cargando sobre nuestras espaldas las armas del odio, de lucha, de rencor.
Si bien hay mucho de ésta postura que se pudiera acoger, cada vez que un miembro del Colegio de Cardenales elogia elocuentemente la naturaleza de la Santa Misa, mas sin embargo curiosamente, de alguna manera no menciona la verdad de que es, ante todo, el sacrificio propiciatorio de Jesucristo en expiación por los pecados, empiezan a resonar señales de alarma.
Considere lo mucho que está en juego.
Un protestante que se aferra a una comprensión herética de la Misa no tendría problema alguno en lo absoluto con la descripción que hace el cardenal Sarah del rito sagrado. Ahora que lo pienso, ¡ese mismo protestante no tendría dificultad alguna en participar en la nueva Misa!
Nota.- en la elaboración del proyecto de la nueva Misa o Misa modernista, el Novus Ordo Missae, participaron 6 pastores protestantes y un rabino, todos infiltrados por un grupo de cardenales demoledores infiltrados hasta el Vaticano y en el Concilio Ecuménico Vaticano II: cardenales Lercaro, el judío alemán Joseph Ratzinger Peintner –Benedicto XVI-, el judío alemán Joseph Frings, arzobispo Aníbal Bugnini, etc.Todos, miembros del movimiento modernista demoledor de la Iglesia Católica.
¿Y cuál es el hilo que conecta tanto la descripción del Cardenal Sarah de la liturgia y la Novus Ordo Missae?
Ambos han sido infectados con las ideas del Concilio.
Hay una señal de alerta adicional para ser discernida en los comentarios del cardenal, relativos al Summorum Pontificum:
Sí, [fomentar la armonía litúrgica] es el significado del motu proprio, Summorum Pontificum. Benedicto XVI dedicó considerable energía y esperanza en esta empresa. Por desgracia, no lo logró del todo, ya que unos y otros se han "aferrado" a su rito al excluirse mutuamente. En la Iglesia, cada uno debe ser capaz de celebrar de acuerdo a su sensibilidad…
En realidad, Benedicto XVI ha sido siempre acomodaticio, influenciable, endeble y hasta cobarde, su renuncia y su personal carácter desde que era profesor en la Universidad de Tubinga lo han demostrado. Jamás hubiera renunciado Juan Pablo II, pese a sus enfermedades él seguía al frente sin renunciar, aunque los alemanes, como el cardenal Lehmann, de la Conferencia del Episcopado de Alemania pretendieran presionarlo, incluso públicamente.
En primer lugar, la idea de que "cada uno debe ser capaz de celebrar de acuerdo a su sensibilidad", como si los estilos litúrgicos deben ser tan abundantes cual si fuesen sabores de helados en Baskin Robbins, es una absoluta tontería.
¿Qué pasa si la "sensibilidad" de alguno está infectado con la confusión, la ignorancia o la herejía?
Nadie tiene derecho a un rito que se adapte a su antojo.
En el pensamiento católico, por el contrario:
La Iglesia tiene el deber de preservar los ritos sagrados de cualquier y de toda corrupción, y los fieles, por su parte, tienen el deber de conformarse a los ritos sagrados, confiando en que al hacerlo, se impregnan de todo aquello que nutre el alma.
Por desgracia, ese barco zarpó gracias una vez más al Concilio Vaticano II y la consecuente Novus Ordo Missae. Hoy en día, hasta el Cardenal Prefecto de la Congregación para el Culto Divino insiste en que los ritos sagrados deben reflejar la sensibilidad de "cada cual".
¿Puede haber algo más peligroso que provenga de un hombre en su posición?
Por otra parte, ciertamente el cardenal Sarah está castigando a aquellos de nosotros que "se aferre exclusivamente" al rito tradicional debido al conocimiento de que el Novus Ordo es deficiente por sí mismo, ya que promueve un entendimiento protestante de la liturgia misma, entre otras cosas.
Dicho todo esto, quizá me perdone por no aplaudir.
Hay que subrayar, que hasta los Profetas católicos han recibidos Mensajes del Cielo donde se advertía de la infectación que los jerarcas masones e iluminati llevarían a las mesas de trabajo en el Concilio Ecuménico Vaticano II. También sobre esto advirtieron los mismos demonios, obligados por la Virgen María, a hablar al respecto, sobre el complot contra la Iglesia http://antiiglesia.blogspot.mx Serie: ¡Cómo llegó ‘el ladrón’ a la Silla de Pedro! Y los tres volúmenes de “Complot contra la Iglesia”, de Maurice Pinay, Editado en Venezuela previa publicación antes de celebrar el Concilio. http://www.catolicosalerta.com.ar/masoneria/complot-contra-iglesia.html y http://defenderlapatria.com/los%20planes%20ocultos%20del%20imperio%20sionista.pdf
Cabe consultar las denuncias del cardenal Alfons M. Stickler sobre este plan cocinado desde el mismo infierno, para alterar el Ordo Missae de San Pío V - http://concilioecumenicovaticanoii.blogspot.mx -