VATICANO II: TODA LA VERDAD
Parte 3
La
revolución satánica gana momentum en el Concilio
Vaticano II: “el Concilio que trajo discordia,
desunión y la pérdida de almas”
"Repito,
hijos Míos, como os He dicho en el pasado, que el gran Concilio fue manipulado
por satanás. Él se sentó allí entre vosotros y os trabajó como un tablero
de ajedrez.
"¿Qué podéis hacer ahora para recuperaros? Es sencillo, hijos Míos:
regresad y empezad de Nuevo con las bases que os han sido dadas. Debéis
devolver el respeto a vuestro sacerdocio. Debéis devolver el respeto a
vuestro Santo Padre, el Papa Pablo VI!" –
Nuestra Señora, 15 de Mayo, 1976
(Agradecimientos sinceros
al Padre Paul Kramer por su libro, The Devil’s Final Battle (La Batalla Final del Demonio), del cual
muchas de las siguientes citas fueron tomadas).
La revolución satánica gana
momentum en el Concilio
La palabra “revolución” ha sido empleada numerosas veces para describir
el Vaticano II. Durante el debate sobre la Constitución Litúrgica en el
Concilio, el Cardenal Ottaviani preguntó, “¿Están estos Padres
planeando una revolución?”
En cuanto a los cambios hechos desde el Vaticano
II, el Profesor James Daly escribió:
Una cosa es llevar a cabo una revolución, y otra muy diferente es
lograrlo y luego tener el atrevimiento de pretender que nada “sustancial”
cambió. Ganar no es suficiente para nuestros Roberpierres litúrgicos;
ellos deben seguir adelante para declarar que ellos nunca usaron la guillotina.[1]
Aparentemente, la revolución se inició tempranamente. Según Anne Muggeridge (la nuera del famoso periodista y Católico converso, el británico Malcolm Muggeridge), en The Desolate City (La Ciudad Desolada), el Cardenal John Heenan de Westminster reportó que durante la primera sesión rebelde del Concilio, el Papa Juan XXIII se dio cuenta que el papado había perdido el control del proceso, e intentó organizar a un grupo de obispos para tratar de forzar que terminara. Pero antes de que la segunda sesión del Concilio pudiera comenzar, el Papa Juan XXIII murió. Sus últimas palabras en su lecho de muerte, según lo informó Jean Guitton, el único laico que podía servir como peritus en el Concilio, fueron: "Detengan el Concilio; detengan el Concilio."
Antes del fin del Vaticano II, en Febrero de 1965,
alguien le anunció al Padre Pío que pronto él tendría que celebrar un Nuevo
rito, en idioma vernáculo, el cual había sido ideado por una comisión litúrgica
conciliar. Inmediatamente, aún antes de ver el texto, él le escribió al
Papa Paulo para solicitarle ser dispensado del experimento litúrgico, y que ser
le permitiera continuar celebrando la Misa de San Pío V. Cuando el
Cardenal Bacci llegó a verlo para entregarle la autorización, el Padre Pío dejó
escapar una queja en la presencia del mensajero del Papa: "Por
amor de Dios, terminen el Concilio rápidamente."
Varios años después del Vaticano II, el 12 de
Abril, 1970, la Hermana Lucía advirtió de "una desorientación
diabólica invadiendo el mundo y mal guiando a las almas". El 16
de Septiembre, 1970, ella le escribió a una amiga religiosa, la Madre Martins,
quien había sido su compañera en Tuy en el noviciado de las Hermanas
Doroteas.
Recientemente la Made Martins había sido fuertemente probada
con una enfermedad:
...Yo también,
no me estaba sintiendo muy bien de mi corazón, mis ojos, etc.; pero es
necesario para la Pasión de Cristo; es necesario que Sus miembros sean uno con
Él, a través de dolor físico y a través de la angustia moral. Pobre el
Señor, Él ha salvado a tantos con tanto amor ¡y es tan poco comprendido! Es doloroso ver una desorientación tan grande y en tantas personas que
ocupan lugares de responsabilidad... De nuestra parte, hasta donde podamos, debemos tratar de hacer reparación
por medio de una unión aún más íntima con el Señor; e identificarnos nosotros
mismos con Él para que Él pueda estar dentro de nosotros como la Luz en un
mundo sumergido en la oscuridad de error, inmoralidad y orgullo. Me duele
ver lo que usted me cuenta, ¡ahora que eso está sucediendo allá...! Es debido a que
el demonio ha tenido éxito en infiltrar el mal bajo un manto de bien, y los
ciegos comienzan a guiar a otros, como el Señor nos dice en Su Evangelio, y las
almas se están dejando engañar... Por este
motivo es que el demonio ha librado tal guerra ¡contra [el Rosario]! Y lo peor es
que él ha tenido éxito en llevar las almas al error y al engaño; ¡las almas
quienes tienen una gran responsabilidad dentro de los puestos que ellas
ocupan...! Ellas pertenecen a hombres ciegos mal guían a otros hombres
ciegos...
La "gran desorientación y en tantas personas
quienes ocupan puestos de responsabilidad " mencionada por la Hermana
Lucía es una referencia a la desorientación dentro de la Jerarquía de la Iglesia
Católica.
Vaticano II y los herejes
El Obispo Helder Camara alabó al Papa Juan XXIII
por su “valentía en nombrar durante la víspera del Concilio, como
expertos conciliares, a muchos de los más grandes teólogos de nuestros
días. Entre los que él nombró hubo muchos quienes emergieron de las listas
negras de sospecha.” En otras
palabras, de las censuras y las condenaciones de Pío XII y la Santa Sede.
Hubo herejes entre los que aconsejaban y ayudaban a los obispos a hacer un
borrador de los documentos del Vaticano II.
El Padre Paul Kramer reportó en su libro, The Devil’s
Final Battle (La Batalla Final del Demonio) que:
El 13 de
Octubre de 1962, el día después de que los dos observadores comunistas llegaron
al Concilio, y en el mismo aniversario del Milagro del Sol en Fátima, la
historia de la Iglesia y del mundo fue profundamente cambiada por el más
pequeño de los eventos. El Cardenal Liénart de Bégica tomó el micrófono
en el famoso incidente y exigió que los candidatos propuestos por la Curia Romana
para dirigir las comisiones de los borradores durante el Concilio fueran
excluidos y que se estableciera un nuevo estado de candidatos. Se accedió
a la demanda y la elección fue pospuesta. Cuando finalmente se hizo
la elección, los liberales fueron elegidos para dirigir las altas comisiones
conciliares – muchos de ellos de entre los mismos “innovadores” decretados por
el Papa Pío XII. Las esquemas
tradicionales formuladas para el Concilio fueron desechadas y el Concilio se
inició literalmente sin una agenda escrita, dejando el camino abierto para que
documentos completamente nuevos fueran escritos por los liberales. Es
muy conocido y está espléndidamente documentado que una camarilla de liberales periti (expertos) y obispos procedieron luego a confiscar el Vaticano II con
una agenda para re-hacer la Iglesia a su propia imagen a través de la
implementación de una “nueva teología.’”[2] (p. 53)
Dos de estos teólogos fueron Hans Kung y Edward
Schillebeeckx. Según Chris Ferrara:
Fue
Schillebeeckx quien escribió la crucial página 480 del estudio crítico empleado
por el “Grupo del Rhine”, los obispos quienes tenían que coordinar su campaña
de relaciones públicas en contra de todos los esquemas completamente ortodoxos
preparativos para el Concilio - los que llevaron al abandono de todas las
preparaciones meticulosas que se habían efectuado para el Concilio.
Después Schillebeeckx fue sujeto de una investigación por parte del Vaticano en
cuanto a sus injuriosas opiniones heterodoxas concernientes al nacimiento de la
Virgen, la institución de la Eucaristía, la Resurrección, y el fundamento de la
Iglesia.[3]
Los liberales en el Vaticano II evitaron condenar los errores
modernistas, el comunismo, y ellos también sembraron deliberadamente
ambigüedades en los textos del Concilio los cuales intentaron aprovechar
después del Concilio. El peritus liberal del Concilio, el Padre Edward Schillebeeckx admitió que, “hemos empleado frases ambiguas durante el
Concilio y sabemos cómo las interpretaremos posteriormente.”[4]
Monseñor Rudlolf Bandas, un peritus en el Concilio, reconoció que fue un grave error el haber
permitido a sospechosos teólogos (como lo fueron Schillebeeckx y Kung) en el
Vaticano II:
Sin duda el
buen Papa Juan pensó que estos teólogos sospechosos rectificarían sus ideas y
realizarían un auténtico servicio a la Iglesia. Pero sucedió exactamente
lo contrario. Apoyados por algunos de los Padres Conciliares del ‘Rhine’,
y a menudo actuando de una manera positivamente aburrida, ellos se dieron
vuelta y exclamaron: “Mirad, hemos sido nombrados expertos, nuestras ideas
quedan aprobadas”... Cuando yo entré el primer día de la cuarta sesión a
mi tribunal en el Concilio, el primer anuncio que provenía del Secretario de
Estado, fue el siguiente: “No será nombrado otro periti más.” Pero era demasiado tarde. La gran confusión ya
estaba en función. Ya era aparente que no se permitirían el Concilio de
Trento ni del Vaticano II, ni ninguna encíclica para impedir así su avance.[5]
El Padre Paul Kramer escribe:
En su libro Vatican II
Revisited (El Vaticano II Revisitado), el Obispo Aloysius J. Wycislo (un defensor extático de la revolución
del Vaticano II) declaró con frívolo entusiasmo que teólogos y hombres de
letras bíblicas, que habían sido puestos “bajo una nube” durante años
emergieron como periti (expertos teólogos que aconsejarían a los obispos durante el Concilio),
y sus libros y comentarios pos-Vaticano II se convirtieron en lecturas
populares.[6]
Yves Congar, uno de los artesanos de la reforma comentó con discreta
satisfacción que “La
Iglesia ha tenido, pacíficamente, su revolución de Octubre.”[7] Congar
también admitió, como si fuese algo de qué estar orgulloso, que la Declaración sobre Libertad Religiosa del Vaticano II es contrario al Syllabus del Papa Pío IX. Dijo:“No puede negarse
que la afirmación que el Vaticano II hizo sobre la libertad religiosa en cuanto
a lo material dice otra cosa de lo dicho por el Syllabus de
1864, justamente lo opuesto a las propuestas 16, 17 y 19 de este documento.”[8]
El Cardenal Suenens declaró que “el Vaticano II
es la Revolución Francesa dentro de la Iglesia.”[9] El Cardenal Suenens pudiese ser uno de los cardenales mencionados
por Nuestra Señora de las Rosas, quienes recibirían un gran castigo por su
participación en la destrucción de la Iglesia. (Para
más información…)
Documentos del Vaticano II y sesiones
Tal como lo declaramos arriba, el Padre Edward
Schillebeeckx admitió, “hemos
empleado frases ambiguas durante el Concilio y sabemos cómo las interpretaremos
posteriormente.”[10] El New York Times reconoció estas
ambigüedades: “Los
documentos del Concilio, elaborados por los obispos y sus asesores teológicos
durante cuatro sesiones de dos meses cada una, llevadas a cabo durante cada
otoño de 1962 a 1965, ofrecen más que suficientes compromisos y ambigüedades
para las interpretaciones conflictivas”. El Padre Frank Poncelot escribe: “Nadie puede negar que existen
ambigüedades en los dieciséis documentos del Concilio. Se pueden citar
equivocadamente sus numerosos párrafos para demostrar o desaprobar muchas ideas
y esto se hace frecuentemente para respaldar esquemas liberales y engañosos.”11
Ratzinger,
-Benedicto XVI- encabezó el movimiento de infiltración de la “corriente
modernista” desde el Concilio Vaticano II para demoler a la Iglesia.
El Cardenal Ratzinger observó que los documentos de
Vaticano II, especialmente Gaudium et Spes, comprometía a un “contra syllabus” diseñado a “corregir(!)
... la posición de una única cara que adoptó la Iglesia bajo Pío IX y Pío X,” y que estos
documentos eran un “intento de una reconciliación oficial con la nueva era que había sido
inaugurada en 1789.”[11] También admitió
que Gaudium et Spes está permeada por el espíritu de Teilhard de
Chardin.[12]
Joseph Ratzinger –Benedicto XVI- fue uno de esos periti que infiltró la “corriente
modernista” para demoler a la Iglesia desde sus fundamentos. Ratzinger, de
ascendencia rabínico-judía pertenece al “rabinato de Praga” que tiene entre sus
finalidades conquistar la “Silla de Pedro” para impulsar el movimiento sionista
y usando a la Iglesia como un foro, convencer al mundo de que las ideas
sionistas son una ventaja para el mundo, como establecer un Gobierno Mundial,
mismo que ha de regir el Devastador Anticristo Maitreya.
Ratzinger, al darse cuenta que el Tercer Secreto de
Fátima revelaba no solo la infiltración a la Iglesia, el posicionamiento de los
altos cargos dentro de la misma, evidenciaba su oscuro plan y presencia
enquistada ya hasta la Cúpula Vaticana. Procedió en consecuencia, desde la
Congregación de la Doctrina de la Fe, a distorsionar el contenido verdadero del
Secreto dado por la Virgen María a la vidente Sor Lucía dos Santos desde que
era una pequeña campesina. Ratzinger ha sido practicante de la expresión de
Jesús que nos advierte: “los siervos de las tinieblas son más
astutos que los hijos de la luz”, y así ha sido pues llegó a usurpar la
“Silla de Pedro”.
Sin embargo, Nuestra Señor de las Rosas declaró que
Teilhard de Chardin está en el infierno:
"Muchos de
Nuestro clero se han vuelto ciegos a través de su amor por los placeres y
riquezas mundanos. Muchos han aceptado un alma, una vez alta como
sacerdote. ¡Teilhard está en el infierno! Él se quema para siempre
por l contaminación que propagó a través del mundo! Un hombre de Dios
(sacerdote) puede escoger como un instrumento humano, entrar al reino de
satanás. El hombre no desafiará las leyes de Dios sin ser castigado. Sois
una generación perversa, y llamáis la mano del castigo rápidamente sobre
vosotros." - Nuestra Señora, 18 de
Marzo, 1973 (Para más información…)
En el Vaticano II, el Cardenal Alfredo Ottaviani se
estremeció al descubrir que una declaración, que propone que las parejas
casadas puedan determinar el número de sus hijos, haya sido agregada
sumariamente al texto de “La Santidad del Matrimonio y la Familia” sin ni
siquiera una discusión sobre su consistencia con las enseñanzas previas de la
Iglesia. El Cardenal Ottaviani preguntó:
...ayer en el Concilio debería haberse dicho que
había dudas en cuanto a si se había tomado una postura correcta sobre los
principios que rigen el matrimonio. ¿No significa esto que será dudada la
infalibilidad de la Iglesia? O, ¿no iluminaría el Espíritu Santo con Su
Iglesia, en los siglos pasados, las mentes sobre este punto de la doctrina?[13]
El Padre Frank Poncelot escribe:
El ecumenismo
significa el movimiento moderno hacia una unidad religiosa, pero ahora uno de
los problemas más serios es el falso ecumenismo debido a los elementos
modernistas en la Iglesia, así como a los teólogos modernos no autorizados que
tratan de “regalar la tienda”. Los dieciséis documentos del Concilio
Vaticano II son largos y “con muchas palabras”; muchas de sus secciones son
ambiguas; no fueron hechos para hacer cambios doctrinales sino, desafortunadamente,
para abrir las puertas a cambios que no se tenía la intención de hacer.
Autorizó a comisiones a formarse y más tarde se volvieron “de extremo abierto”,
especialmente cuando se hizo prevaleciente la espantosa palabra “opción” en la
implementación del Concilio. Estuvieron presentes más de 2000 obispos
para todas las sesiones, así como numerosos observadores (incluyendo personas
no Católicas) y los obispos periti. A pesar que hubo diez Comisiones del Concilio, la alianza
liberal europea, controlada principalmente por los obispos alemanes y sus periti, rápidamente
dominaron las sesiones y, con mucho trabajo tras bambalinas, influyeron en la
dirección tomada por las comisiones que fueron formadas en las secuelas del
Concilio.
Estas
comisiones “implementaron” el Vaticano II y fueron responsables de interpretar
las recomendaciones del Concilio en sus aplicaciones prácticas y
pastorales. Esto es muy importante tomar en cuenta ya que la gran mayoría
de los obispos que estuvieron presentes nunca tuvieron la intención que
resultara la mayoría de las “implementaciones”, principalmente el Novus Ordo (Nueva
Orden) de la Misa – la Misa que realmente fue promulgada en 1970.
Irónicamente, el documento del cual provienen los cambios en la liturgia, la
Constitución sobre la Sagrada Liturgia – el primero de dieciséis
documentos, es el documento peor comprendido de la Iglesia. Hoy en día
tenemos los misales romanos casi en su mayoría en vernáculo, mientras que el
documento del Concilio contiene nada sobre la Misa vernácula, únicamente que
algunas de las partes de la Misa pueden usar el vernáculo y ordenó que el
idioma latín permaneciera en las partes esenciales de la Misa. Una ironía
adicional es que la mayoría de los Católicos hoy en día consideran que la Misa
en latín está prohibida, cuando en realidad el Concilio prohibió lo opuesto –
el uso exclusivo del vernáculo.[14]
El cardenal John Heenan de Westminster, uno de los
participantes en el Vaticano II, explica en su libro A Crown of
Thorns (Una Corona de Espinas):
El tema que fue
más debatido en su totalidad fue la reforma litúrgica. Quizá sea más
adecuado decir que los obispos estuvieron bajo la impresión que la liturgia
había sido discutida en su totalidad. En retrospectiva, está claro que se
les dio la oportunidad de discutir únicamente los principios generales. Los cambios
subsiguientes fueron más radicales que aquellos que intencionó el Papa Juan y
los obispos, que pasaron el decreto sobre la liturgia. Su sermón al final
de la primera sesión muestra que el Papa Juan no sospechó lo que era planeado
por los expertos litúrgicos.[15]
El experto litúrgico, Monseñor Klaus Gamber, dice
lo mismo en su libro, The Reform of the Roman
Liturgy (La Reforma de la Liturgia Romana), que la nueva
liturgia no hubiese sido tolerada en el Concilio:
Una de las
declaraciones que podemos hacer con toda seguridad es que el nuevo Ordo de la
Misa, el cual ha emergido ahora, no hubiese sido endosado por la mayoría de los
Padres del Concilio.[16]
Richard Cowden
Guido informó que en el Sínodo de los Obispos de 1985 muchos obispos estuvieron
abiertamente desilusionados con el Vaticano II:
Ningún católico
serio negará que hubo juicios errados en el Concilio. Después del Sínodo
de Obispos de 1985, fueron hechos comentarios sorprendentes por los obispos que
admitieron lo anterior antes de irse de Roma. Un autor escribió, citando
a otra fuente: “… sin embargo, delicadamente en público y más cándidamente en privado,
los padres del sínodo reconocieron que el Vaticano II cometió dos errores
masivos en su juicio. El primero fue la vasta sobre – estimación de la
solidez de las enseñanzas y prácticas Católicas... el
segundo error fue una ingenuidad asombrosa sobre la naturaleza del mundo
moderno.”[17]
El Vaticano II y el fracaso
en condenar al comunismo
El Vaticano II hasta falló en condenar el
comunismo. El Padre Frank Poncelot escribe:
… El Vaticano
II no fue convocado para suprimir una herejía o un problema específico en la
Iglesia. Pasó por alto el mal del comunismo; pasó por alto la
dispersión del modernismo con sus ingredientes masónicos que condenó el Papa
San Pío X; y que no trató los problemas que muy probablemente podrían
causar los medios electrónicos para la Iglesia a nivel mundial.”[18]
El Padre Paul Kramer informa que cientos de obispos
intentaron condenar al comunismo en el Concilio, pero su solicitud se “perdió”
misteriosamente”:
Se
“perdió” misteriosamente la intervención escrita de los 450 Padres del Concilio
en contra del Comunismo, después de haber sido entregada a la Secretaría del
Concilio, y a los Padres del Concilio que se levantaron para denunciar el
Comunismo se les pidió que se sentaran y se callaran.[19]
En 1983 el Arzobispo Marcel Lefebvre dijo en una
conferencia en Long Island, Nueva York que fue él mismo quien llevó las 450
firmas a la Secretaría del Concilio en Vaticano II:
Y se les
prometió a los comunistas que el comunismo no sería condenado por la Iglesia y
que no se condenó en el Concilio. Yo mismo llevé las 450 firmas a la
Secretaría del Concilio para que se condene al comunismo. ¡Lo hice yo
mismo! Cuatrocientos cincuenta firmas de los obispos se engavetaron y se
enterraron en el silencio, mientras a veces se escuchaba la solicitud de un
único obispo. En este caso, fueron ignorados los 450 obispos. Se
cerró la gaveta; nos dijeron, no, no, no tenemos ningún conocimiento al
respecto, no habrá condena del comunismo. Y ellos reemplazaron a los obispos
anticomunistas: Cardenal Mindszenty por el Cardenal Lekai, el Cardenal
Beran en Checoslovaquia por el Cardenal Tomasec. Lo mismo sucedió en
Lituania y en Checoslovaquia, todos los obispos se hicieron sacerdotes del
movimiento de Paz, colaboradores del régimen comunista. Usted puede leer
en el libro titulado Moscow and the Vatican (Moscú
y el Vaticano) sobre cómo los sacerdotes lituanos le escribieron una carta
a sus obispos en la cual decían: “Hoy, ya no entendemos. Anteriormente,
nuestros obispos nos apoyaban en la lucha contra el comunismo y murieron
mártires; muchos todavía están en prisión, otros están muertos martirizados
porque nos apoyaron en contra de los comunistas para poder cumplir con nuestros
deberes de sacerdotes, y ahora son ustedes los obispos que nos están
condenando, son ustedes quienes nos dicen que no tenemos el derecho de resistir,
de cumplir con nuestro apostolado porque es contrario a las leyes de comunismo,
contrario al gobierno.[20]
A través del Tratado Vaticano – Moscú se efectuó la
promesa hecha a los comunistas en cuanto a que el comunismo no sería condenado
por el Vaticano II. Nuestra Señora de las Rosas dijo al respecto de este
tratado:
Verónica –
Nuestra Señora sostiene un papel pergamino.
"Mira, hija Mía, lo que ha sido escrito aquí. ¿De adónde y cuándo se originó este pergamino de reconciliación con Rusia, firmado por muchos Cardenales? Oh, hija Mía, Mi Corazón sangra... El pergamino de papel contiene las palabras que establecieron el tratado entre el Vaticano y Rusia." (Nuestra Señora, 1 de Julio, 1985).
"Mira, hija Mía, lo que ha sido escrito aquí. ¿De adónde y cuándo se originó este pergamino de reconciliación con Rusia, firmado por muchos Cardenales? Oh, hija Mía, Mi Corazón sangra... El pergamino de papel contiene las palabras que establecieron el tratado entre el Vaticano y Rusia." (Nuestra Señora, 1 de Julio, 1985).
Jesús también habló sobre el tratado:
"Hija Mía
e hijos Míos, recordad ahora, que os he pedido poneros en contacto con el Santo
Padre, Juan Pablo II, y decirle que él debe de rescindir el Tratado, el Pacto
hecho con Rusia; porque sólo de esa manera tendréis verdadera paz.."
(Jesús, 6 de Junio, 1987)
Vaticano II: uno pastoral y
no un Concilio dogmático
En la carta del Cardenal Ratzinger al Arzobispo
Lefebvre el 20 de Julio, 1983, declara que: “deberá notarse que, debido a que
los textos conciliares son de una autoridad variante, no está prohibida la crítica de ciertas expresiones de ellos, de
acuerdo a las reglas generales de adhesión al Magisterio. Igualmente
usted puede expresar el deseo de una declaración o explicación a varios de los
puntos... Personalmente usted quizá no puede ver cómo son compatibles y, por lo
tanto, le pide a la Santa Sede una explicación. ” El mismo Papa Pablo VI
también hizo un comentario similar: “Dado el carácter pastoral
del Concilio, evitó pronunciar de manera extraordinaria los dogmas investidos
con la otra de infalibilidad.”[21]
Al cierre del Vaticano II, los obispos le
preguntaron al Arzobispo Felici (en Secretario del Concilio) sobre lo que los
teólogos llamaron la “nota teológica” del Concilio. Es decir, el “peso”
doctrinal de las enseñanzas de Vaticano II. Felici respondió: “Tenemos
que distinguir de acuerdo a los esquemas y a los capítulos que ya han sido
sujetos de definiciones dogmáticas en el pasado; en cuanto a las
declaraciones que tienen un carácter nuevo, tenemos que hacer reservas.”[22]
En relación a los cambios nuevos y a las decisiones
imprudentes que resultaron después del Vaticano II, Dietrich von Hildebrand, a
quien el Papa Pío XII alabó como el “Doctor de la Iglesia del Siglo XX”, nos
instruye diciendo:
En el caso de la autoridad práctica, distinta a la teórica, que se
refiere, claro está, a las ordenanzas del Papa, no se ha prometido la
protección del Espíritu Santo de la misma manera. Las Ordenanzas
pueden ser desafortunadas, mal concebidas y hasta desastrosas, y han habido
muchas así durante la historia de la Iglesia. Aquí no cabe Roma locuta, causa finita. Los fieles no están obligados a considerar que todas las ordenanzas
son buenas y deseables. Las pueden lamentar y orar para que sean
retornadas; ciertamente, pueden trabajar, con todo el respeto que se
merece el Papa, por la eliminación de las mismas.
"El gran
Concilio, el Concilio que ha traído discordia, desunión y la pérdida de almas,
el mayor hecho detrás de esta destrucción fue debido a la falta de
oración. Satanás se sentó dentro de este Concilio, y él vio su
ventaja." – San
Miguel, 18 de Marzo, 1976
Las Asombrosas Profecías de Bayside...
http://www.tldm.org/Spanish/messages/messages.htm
Estas profecías vinieron de Jesús, María y los santos a Verónica Lueken en Bayside, NY, desde 1968 hasta 1995:
http://www.tldm.org/Spanish/messages/messages.htm
Estas profecías vinieron de Jesús, María y los santos a Verónica Lueken en Bayside, NY, desde 1968 hasta 1995:
EMPEZÓ CON BUENAS
INTENCIONES
"Obispos en la Casa de Mi Hijo, la Iglesia, os habéis descarriado. Habéis dispersado a Nuestras ovejas. Os habéis unido con toda clase de herejes y maestros falsos. Habéis empezado con buenas intenciones en vuestro Concilio, pero os engañaron en vuestra búsqueda de paz y hermandad. Permitisteis que toda clase de error lentamente entrara en la Casa de Mi Hijo, la Iglesia. Debéis comprender que estás poniendo en marcha la formación del Consejo Mundial de Iglesias, pero no será la Iglesia de Mi Hijo. Será una iglesia del hombre, una iglesia sin la verdadera base." – Nuestra Señora, 5 de Junio, 1976
"Obispos en la Casa de Mi Hijo, la Iglesia, os habéis descarriado. Habéis dispersado a Nuestras ovejas. Os habéis unido con toda clase de herejes y maestros falsos. Habéis empezado con buenas intenciones en vuestro Concilio, pero os engañaron en vuestra búsqueda de paz y hermandad. Permitisteis que toda clase de error lentamente entrara en la Casa de Mi Hijo, la Iglesia. Debéis comprender que estás poniendo en marcha la formación del Consejo Mundial de Iglesias, pero no será la Iglesia de Mi Hijo. Será una iglesia del hombre, una iglesia sin la verdadera base." – Nuestra Señora, 5 de Junio, 1976
LAS PUERTAS FUERON ABIERTAS
"Oh, hijos Míos, reconoced, repito, los signos de vuestros tiempos. Os estáis vendiendo rápidamente a la esclavitud. Vuestro gobierno y los gobiernos del mundo ahora están casi en completo control por los agentes del infierno. Las fuerzas del 666 están firmemente afianzadas en vuestro gobierno, en el clero - vuestros pastores, vuestros obispos, hasta satanás ha entrado en los más altos puestos de la jerarquía en Roma.
"Hijos Míos, el Concilio Vaticano II fue iniciado con buenas intenciones, pero las puertas fueron abiertas a toda clase de herejes, produciendo una lenta contaminación de la Fe. Hijos Míos, ¡tenéis ahora que despertar a los pastores de su sopor” Ellos se han entregado a hora a una nueva religión del hombre." – Nuestra Señora 25 de Julio, 1977
"Oh, hijos Míos, reconoced, repito, los signos de vuestros tiempos. Os estáis vendiendo rápidamente a la esclavitud. Vuestro gobierno y los gobiernos del mundo ahora están casi en completo control por los agentes del infierno. Las fuerzas del 666 están firmemente afianzadas en vuestro gobierno, en el clero - vuestros pastores, vuestros obispos, hasta satanás ha entrado en los más altos puestos de la jerarquía en Roma.
"Hijos Míos, el Concilio Vaticano II fue iniciado con buenas intenciones, pero las puertas fueron abiertas a toda clase de herejes, produciendo una lenta contaminación de la Fe. Hijos Míos, ¡tenéis ahora que despertar a los pastores de su sopor” Ellos se han entregado a hora a una nueva religión del hombre." – Nuestra Señora 25 de Julio, 1977
TODA CLASE DE PROMESAS
"Toda clase de promesas fue hecha en el Concilio de Roma, Vaticano II. El camino al infierno es muchas veces pavimentado con buenas intenciones.
"Yo os he advertido en el pasado y os advierto de nuevo: no podéis comprometer vuestra Fe Católica con los enemigos de vuestro Dios. En muchos países a través del mundo, parece ser, hijos Míos - y digo, parece ser, - que los líderes de los países comunistas están permitiendo una religión dentro de los gobiernos. Esto es una farsa, hijos Míos, para cubrir el hecho que está controlado por el estado. Las máquinas de propaganda envían mucha propaganda que engaña al público y a aquellos quienes están dispuestos a creer todo lo que se da en los medios de comunicación." – Nuestra Señora, 13 de Mayo, 1978
"Toda clase de promesas fue hecha en el Concilio de Roma, Vaticano II. El camino al infierno es muchas veces pavimentado con buenas intenciones.
"Yo os he advertido en el pasado y os advierto de nuevo: no podéis comprometer vuestra Fe Católica con los enemigos de vuestro Dios. En muchos países a través del mundo, parece ser, hijos Míos - y digo, parece ser, - que los líderes de los países comunistas están permitiendo una religión dentro de los gobiernos. Esto es una farsa, hijos Míos, para cubrir el hecho que está controlado por el estado. Las máquinas de propaganda envían mucha propaganda que engaña al público y a aquellos quienes están dispuestos a creer todo lo que se da en los medios de comunicación." – Nuestra Señora, 13 de Mayo, 1978
SATANÁS ESTUVO PRESENTE
"No destruiréis la Casa de Mi Hijo - Iglesia - asociándoos con los enemigos de Mi Hijo! ¡No convertiréis al enemigo bajando las normas! Vuestro ejemplo tiene que ser uno de una Fe inamovible.
"¡Cambio! ¿Qué necesidad hay de cambio cuando la base ha perdurado la prueba del tiempo? ¡Es el hombre insatisfecho, el hombre avaro y lascivo quien busca cambio! ¡¿Cambia él para llevar al hombre a Dios?! ¡No-o-o! ¡Él cambia para quitar al hombre de Dios! - y entregárselo a Lucifer!
"Satanás estuvo presente - él escuchó con oídos cuidadosos durante el Gran Concilio. ¡Él atendió cada movimiento, y colocó a sus agentes entre vosotros! ¡Reconoced y reconstruid vuestro camino! ¡Habéis sido engañados! ¡Vais por el mal camino! Dad vuelta ahora, o sembraréis las semillas de vuestra propia destrucción!
"¿Cuántas advertencias recibiréis antes que la Mano de vuestro Padre sea enviada sobre vosotros? Ninguna fecha doy a la humanidad, sino a unos pocos. Todos los que aceptan la gracia dada libremente con pedirla, no serán tomados inadvertidamente. ¡Ellos se prepararán! Toda la humanidad sobre la tierra deberá prepararse para la muerte.
”Nosotros vemos a un mundo en el cual la humanidad va difamándose a sí misma y al Padre, revolcándose en toda clase de lujuria y placer, abominaciones - ¡aún en la Casa de Dios! Él vive como si nunca fuese a morir! Ninguna carne humana será eterna, ¡pero el alma es eterna y vivirá para siempre." – Nuestra Señora, 14 de Agosto, 1974
"No destruiréis la Casa de Mi Hijo - Iglesia - asociándoos con los enemigos de Mi Hijo! ¡No convertiréis al enemigo bajando las normas! Vuestro ejemplo tiene que ser uno de una Fe inamovible.
"¡Cambio! ¿Qué necesidad hay de cambio cuando la base ha perdurado la prueba del tiempo? ¡Es el hombre insatisfecho, el hombre avaro y lascivo quien busca cambio! ¡¿Cambia él para llevar al hombre a Dios?! ¡No-o-o! ¡Él cambia para quitar al hombre de Dios! - y entregárselo a Lucifer!
"Satanás estuvo presente - él escuchó con oídos cuidadosos durante el Gran Concilio. ¡Él atendió cada movimiento, y colocó a sus agentes entre vosotros! ¡Reconoced y reconstruid vuestro camino! ¡Habéis sido engañados! ¡Vais por el mal camino! Dad vuelta ahora, o sembraréis las semillas de vuestra propia destrucción!
"¿Cuántas advertencias recibiréis antes que la Mano de vuestro Padre sea enviada sobre vosotros? Ninguna fecha doy a la humanidad, sino a unos pocos. Todos los que aceptan la gracia dada libremente con pedirla, no serán tomados inadvertidamente. ¡Ellos se prepararán! Toda la humanidad sobre la tierra deberá prepararse para la muerte.
”Nosotros vemos a un mundo en el cual la humanidad va difamándose a sí misma y al Padre, revolcándose en toda clase de lujuria y placer, abominaciones - ¡aún en la Casa de Dios! Él vive como si nunca fuese a morir! Ninguna carne humana será eterna, ¡pero el alma es eterna y vivirá para siempre." – Nuestra Señora, 14 de Agosto, 1974
Benedicto
XVI y Francisco, los dos papas en convivencia demoledores de la Iglesia y de la
Ley de Dios, siervos del Anticristo.
El mismo cardenal Joseph Ratzinger –Benecito
XVI- como Prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, dispuso
“encubrir y negociar los crímenes de pederastia cometidos por jerarcas y
sacerdotes” con un Documento Secreto llamado Decreto del “Delito de
Sollicitationis”. Desde su coronación como pontífice, usó una Mitra cabalística
con el demonio Pan o Baphomet, que es un ser infernal “predador sexual”.
El papa Francisco también ha querido
distorsionar la Ley Divinda, los Diez Mandamientos pretendiendo con el Sínodo
Mundial de obispos que convocó después de su coronación, para que la Iglesia
acepte los matrimonios o uniones homosexuales, que atentan contra las
disposiciones del Levítico –libro de la Ley-_ “No se acostará hombre con hombre
porque esto es una abominación para Yahvé”; ni mujer con mujer, en el mismo
sentido. Los Mandamientos puntualizan: “No cometerás actos impuros”, Entonces;
¿Qué quieren Benedicto XVI y Franciso? Destruir la Ley de Dios; suprimir el
“Eterno Sacrificio o Santa Misa” y hacer una iglesia sin Dios, la iglesia
ecuménica del anticristo Maitreya.
[1] Profesor James
Daly de la Universidad de McMaster, Ontario, The Catholic Register,
12 de Octubre, 1977.
[2] Nuestra Señora de las Rosas, habló de esta “nueva teología” en Su Mensaje en Bayside: "Yo te permití, hija Mía, estar plenamente al tanto ahora del mal en las instituciones de enseñanza de la Iglesia de Mi Hijo. Una nueva teología de moral ha sido establecida entre vosotros. ¡Y qué es sino una creación de satanás!” (Nuestra Señora, 31 de Enero, 1976)
[3] Chris Ferrara, “The Third Secret of Fatima and the Post-Conciliar Debacle (El Tercer Secreto de Fátima y el Debacle Pos-Conciliar),” Parte 3.
[4] “Open Letter to Confused Catholics,” (Carta Abierta a Católicos Confundidos) Arzobispo Lefebvre, Kansas City, Angelus Press, 1992, p. 106.
[5] “Wanderer,” 31 de Agosto, 1967.
[6] El Muy Reverendo Aloysius Wycislo S.J., Vatican II Revisited, Reflections by One Who Was There, (Vaticano II Revisitado, Reflexiones por Uno Quien Estuvo Ahí) p. x, Alba House, Staten Island, New York; citado en The Devil’s Final Battle (La Batalla Final del Demonio), p. 53.
[7] Yves Congar, O.P. citado por el Padre George de Nantes, CRC, no. 113, p.3.
[8] Cardenal Joseph Ratzinger, Principles of Catholic Theology (Principios de la Teología Católica), Ignatius Press: San Francisco (1987) p. 42.
[9] “Open Letter to Confused Catholics (Carta Abierta a Católicos Confundidos),” Arzobispo Lefebvre, Kansas City, Angelus Press, 1992, p. 100.
[10] “Open Letter to Confused Catholics (Carta Abierta a Católicos Confundidos),” Arzobispo Lefebvre, Kansas City, Angelus Press, 1992, p. 106.
[11] Cardenal Joseph Ratzinger, Principles of Catholic Theology (Principios de la Teología Católica), Ignatius Press: San Francisco (1987) pp. 381-382.
[12] Ibid., p. 334.
[13] Fr. R. M. Wiltgen, The Rhine Flows Into the Tiber (El Rhine Fluye hacia el Tiber), TAN Books and Publishers (1967).
[14] Fr. Frank Poncelot, Airwaves from Hell (Ondas Aéreas del Infierno), pp. 143-144.
[15] J. Heenan, A Crown of Thorns (Una Corona de Espinas), (London, 1974), p. 223; citado en la revista Latin Mass, Primavera 1996, p. 45.
[16] Mons. Klaus Gamber, The Reform of the Roman Liturgy (La Reforma de la Liturgia Romana), p. 61.
[17] Richard Cowden Guido, John Paul II and the Battle for Vatican II (Juan Pablo II y la Batalla por el Vaticano II), Trinity Communications, 1986, el autor cita la revista National Review, Febrero, 1986; citado en el libro del Padre Frank Poncelot, Airwaves from Hell (Ondas Aéreas del Infierno), pp. 18.
[18] Padre Frank Poncelot, Airwaves from Hell (Ondas Aéreas del Infierno), p. 186.
[19] The Devil’s Final Battle (La Batalla Final del Demonio), p. 52.
[20] Conferencia de Su Excelencia, Arzobispo Marcel Lefebvre, Long Island, Nueva York, 5 de Noviembre, 1983.
[21] Paul VI, Audiencia General el 12 de Enero, 1966.
[22] “Open Letter to Confused Catholics (Carta Abierta a los Católicos Confundidos),” Arzobispo Lefebvre, Kansas City, Angelus Press, 1992, p. 107.
[2] Nuestra Señora de las Rosas, habló de esta “nueva teología” en Su Mensaje en Bayside: "Yo te permití, hija Mía, estar plenamente al tanto ahora del mal en las instituciones de enseñanza de la Iglesia de Mi Hijo. Una nueva teología de moral ha sido establecida entre vosotros. ¡Y qué es sino una creación de satanás!” (Nuestra Señora, 31 de Enero, 1976)
[3] Chris Ferrara, “The Third Secret of Fatima and the Post-Conciliar Debacle (El Tercer Secreto de Fátima y el Debacle Pos-Conciliar),” Parte 3.
[4] “Open Letter to Confused Catholics,” (Carta Abierta a Católicos Confundidos) Arzobispo Lefebvre, Kansas City, Angelus Press, 1992, p. 106.
[5] “Wanderer,” 31 de Agosto, 1967.
[6] El Muy Reverendo Aloysius Wycislo S.J., Vatican II Revisited, Reflections by One Who Was There, (Vaticano II Revisitado, Reflexiones por Uno Quien Estuvo Ahí) p. x, Alba House, Staten Island, New York; citado en The Devil’s Final Battle (La Batalla Final del Demonio), p. 53.
[7] Yves Congar, O.P. citado por el Padre George de Nantes, CRC, no. 113, p.3.
[8] Cardenal Joseph Ratzinger, Principles of Catholic Theology (Principios de la Teología Católica), Ignatius Press: San Francisco (1987) p. 42.
[9] “Open Letter to Confused Catholics (Carta Abierta a Católicos Confundidos),” Arzobispo Lefebvre, Kansas City, Angelus Press, 1992, p. 100.
[10] “Open Letter to Confused Catholics (Carta Abierta a Católicos Confundidos),” Arzobispo Lefebvre, Kansas City, Angelus Press, 1992, p. 106.
[11] Cardenal Joseph Ratzinger, Principles of Catholic Theology (Principios de la Teología Católica), Ignatius Press: San Francisco (1987) pp. 381-382.
[12] Ibid., p. 334.
[13] Fr. R. M. Wiltgen, The Rhine Flows Into the Tiber (El Rhine Fluye hacia el Tiber), TAN Books and Publishers (1967).
[14] Fr. Frank Poncelot, Airwaves from Hell (Ondas Aéreas del Infierno), pp. 143-144.
[15] J. Heenan, A Crown of Thorns (Una Corona de Espinas), (London, 1974), p. 223; citado en la revista Latin Mass, Primavera 1996, p. 45.
[16] Mons. Klaus Gamber, The Reform of the Roman Liturgy (La Reforma de la Liturgia Romana), p. 61.
[17] Richard Cowden Guido, John Paul II and the Battle for Vatican II (Juan Pablo II y la Batalla por el Vaticano II), Trinity Communications, 1986, el autor cita la revista National Review, Febrero, 1986; citado en el libro del Padre Frank Poncelot, Airwaves from Hell (Ondas Aéreas del Infierno), pp. 18.
[18] Padre Frank Poncelot, Airwaves from Hell (Ondas Aéreas del Infierno), p. 186.
[19] The Devil’s Final Battle (La Batalla Final del Demonio), p. 52.
[20] Conferencia de Su Excelencia, Arzobispo Marcel Lefebvre, Long Island, Nueva York, 5 de Noviembre, 1983.
[21] Paul VI, Audiencia General el 12 de Enero, 1966.
[22] “Open Letter to Confused Catholics (Carta Abierta a los Católicos Confundidos),” Arzobispo Lefebvre, Kansas City, Angelus Press, 1992, p. 107.